El hecho de que solo existan dos fuerzas electorales en el país obliga al Presidente a ser fléxible con la otra fuerza, pues más temprano que tarde, tendrá que ir a la oposición y una vez fuera del poder, la puede pasar muy mal.
En ese sentido, el Presidente debe ceder ante la oposición en muchas cosas aunque no quiera, pues él sabe que la historia no es siempre amable con su protagonista. No nos juzga como queremos.
Muchos Presidentes se han creido semidioses cuando están en el poder y actualmente se encuentran presos, huyendo o desacreditado moralmente.
Presidente si usted desea que la historia sea generosa con usted solo tiene que actuar conforme a la ley escrita y a la palabra de Dios.
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